La convocatoria al diálogo por parte de la presidenta Cristina Kirchner fue bien acogida por los diversos sectores vinculados a la producción, la industria, el campo, las finanzas, las empresas de servicios públicos y los trabajadores, quienes fueron mencionados por la presidenta en su intervención la semana pasada en Tucumán. No obstante todos ellos mostraron algunos reparos.
¿Qué se discutirá? La agenda que muchos reclaman debe cambiar, ya se ha fijado de antemano. La misma se estaría centrando en distintos tópicos: reformas institucionales (derogación de superpoderes, nueva ley del Consejo de
En este sentido se le impone a la presidenta la agenda de la oposición y de diversos sectores socio-políticos que se vinculan a los acreedores y organismos de crédito internacionales. Fue el diputado Aguad, jefe del bloque radical, quién enfatizó que se debe restablecer la confianza para atraer capitales.
Lo confirman diversos miembros del gobierno. A su vez se discutiría con el campo las actuales tasas de las retenciones agrícolas. Como así también el sinceramiento de las estadísticas del INDEC. Fue el propio titular de la cartera de Interior (Florencio Randazzo) quién reconoció, en los últimos días, que hay productos que aumentaron por encima de lo que este organismo informa.
Es decir que luego de las elecciones el gobierno ha reconocido que para continuar necesita un relanzamiento. En el sitio Visión desde el Sur, hace un año y con el conflicto con el campo, advertí esta tendencia y dije que la continuidad del gobierno implicaría implementar una cartera contraria de la que se había vanagloriado. (Ver “Cuando la continuidad es su contrario”, nota en Visión desde el Sur 01/08/08).
En este marco de presiones de distintos grupos sectoriales, vinculados a los beneficios del capital, los acreedores y los inversores no están ajenos. Los inversores están a la espera de los primeros pasos del nuevo ministro de Economía, Amado Boudou, quién pretende retomar la negociación con los acreedores que aún no cobraron desde el default.
Según distintos informes ya habría un plan para devolverles credibilidad a las estadísticas, con lo cual se plantearía la salida del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Pero esa medida apunta por sobre todo al reestablecimiento de la indexación de la deuda pública.
El relanzamiento implica, entonces, desde la normalización del INDEC y el sinceramiento de las estadísticas, hasta la reconexión con el mercado internacional de crédito y la definición sobre la deuda con el Club de París; desde la contención del gasto público y la asignación de subsidios, hasta la moderación de la política salarial, además de un aumento de tarifas exorbitante (algunos lo denominan “sinceramiento”). Todo ello ya está poniendo el problema de la inflación, nuevamente, a la orden del día.
En definitiva las últimas elecciones colocaron la agenda de determinados sectores económicos y sociales. El impasse que vive Argentina es la expresión de la crisis internacional. La forma de resolverlo está siendo puesta a prueba. En Honduras mediante el golpe cívico-militar, en Argentina y en otros países del mundo a través de elecciones que posicionan los intereses de los grupos conservadores como los posibles garantes de encauzar la crisis. Sin embargo estos sectores comparten responsabilidad con aquellos que hoy están siendo destituidos y derrotados en las elecciones. Es decir que difícilmente puedan brindar soluciones para la población.
El mundo se convulsiona y Argentina no está ajena, ni desacoplada del mismo. Argentina ingresa en una nueva etapa política. Iremos analizando como sigue.
11/07/09