viernes, 24 de julio de 2009

Se confirmó el relanzamiento del gobierno CFK

La convocatoria al diálogo por parte de la presidenta Cristina Kirchner fue bien acogida por los diversos sectores vinculados a la producción, la industria, el campo, las finanzas, las empresas de servicios públicos y los trabajadores, quienes fueron mencionados por la presidenta en su intervención la semana pasada en Tucumán. No obstante todos ellos mostraron algunos reparos.

¿Qué se discutirá? La agenda que muchos reclaman debe cambiar, ya se ha fijado de antemano. La misma se estaría centrando en distintos tópicos: reformas institucionales (derogación de superpoderes, nueva ley del Consejo de la Magistratura, reformulación del Indec, etc.); rebaja de retenciones al agro y medidas para paliar la crisis del sector y, por último, un esquema más equitativo de reparto de los recursos fiscales entre la Nación y las provincias.

En este sentido se le impone a la presidenta la agenda de la oposición y de diversos sectores socio-políticos que se vinculan a los acreedores y organismos de crédito internacionales. Fue el diputado Aguad, jefe del bloque radical, quién enfatizó que se debe restablecer la confianza para atraer capitales.

Lo confirman diversos miembros del gobierno. A su vez se discutiría con el campo las actuales tasas de las retenciones agrícolas. Como así también el sinceramiento de las estadísticas del INDEC. Fue el propio titular de la cartera de Interior (Florencio Randazzo) quién reconoció, en los últimos días, que hay productos que aumentaron por encima de lo que este organismo informa.

Es decir que luego de las elecciones el gobierno ha reconocido que para continuar necesita un relanzamiento. En el sitio Visión desde el Sur, hace un año y con el conflicto con el campo, advertí esta tendencia y dije que la continuidad del gobierno implicaría implementar una cartera contraria de la que se había vanagloriado. (Ver “Cuando la continuidad es su contrario”, nota en Visión desde el Sur 01/08/08).

En este marco de presiones de distintos grupos sectoriales, vinculados a los beneficios del capital, los acreedores y los inversores no están ajenos. Los inversores están a la espera de los primeros pasos del nuevo ministro de Economía, Amado Boudou, quién pretende retomar la negociación con los acreedores que aún no cobraron desde el default.

Según distintos informes ya habría un plan para devolverles credibilidad a las estadísticas, con lo cual se plantearía la salida del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Pero esa medida apunta por sobre todo al reestablecimiento de la indexación de la deuda pública.

El relanzamiento implica, entonces, desde la normalización del INDEC y el sinceramiento de las estadísticas, hasta la reconexión con el mercado internacional de crédito y la definición sobre la deuda con el Club de París; desde la contención del gasto público y la asignación de subsidios, hasta la moderación de la política salarial, además de un aumento de tarifas exorbitante (algunos lo denominan “sinceramiento”). Todo ello ya está poniendo el problema de la inflación, nuevamente, a la orden del día.

En definitiva las últimas elecciones colocaron la agenda de determinados sectores económicos y sociales. El impasse que vive Argentina es la expresión de la crisis internacional. La forma de resolverlo está siendo puesta a prueba. En Honduras mediante el golpe cívico-militar, en Argentina y en otros países del mundo a través de elecciones que posicionan los intereses de los grupos conservadores como los posibles garantes de encauzar la crisis. Sin embargo estos sectores comparten responsabilidad con aquellos que hoy están siendo destituidos y derrotados en las elecciones. Es decir que difícilmente puedan brindar soluciones para la población.

El mundo se convulsiona y Argentina no está ajena, ni desacoplada del mismo. Argentina ingresa en una nueva etapa política. Iremos analizando como sigue.

11/07/09

jueves, 23 de julio de 2009

El Extranjero de Albert Camus (Algunos comentarios)

Ante todo, es un gran libro. Imperdible. Extremadamente lento no obstante muy cautivante y envolvente.

Me parece importante rescatar que el protagonista de la novela, a diferencia de lo que en muchas críticas he leído, es una representación fidedigna del hombre moderno. Ahora, analicemos el porque de semejante afirmación.

El personaje efectivamente está desprendido de los afectos pero de los afectos que socialmente se han establecido como obligaciones. Por ejemplo no necesita llorar a su madre fallecida porque no surge eso en él. Al contrario él recuerda a su madre. Pero podemos ver que ella no aparece como una mujer con mucha presencia en su vida. ¿Habría entonces que llorarla?
Que el protagonista, durante el entierro de su madre, pueda realizar el ejercicio del razonamiento de su jefe lo muestra capaz de colocarse en el lugar del otro. Y también lo muestra con un alto desprendimiento de si mismo (enajenación). Como bien sugiere lo que él dice de no estar impedido de "comprender al patrón".

Pero estas formas de sentir están enmarañadas, abrumadas. Una de las demostraciones de lo abrumado que está el protagonista es la frase "Pensé que, al cabo, era un domingo de menos, que mamá estaba ahora enterrada, que iba a volver a mi trabajo y que, después de todo, nada había cambiado." La vida cotidiana es la que le impide, en última instancia hacer el duelo de su madre, lo enmaraña, lo abruma. Mañana, ya ella muerta, él deberá ir a trabajar. Como siempre. El siempre cotidiano que quiebra la excepcionalidad que es tal porque luego se regresa a la cotidianeidad. El miércoles trabaja, le informan de la muerte de su madre. El jueves está haciendo los trámites de su entierro. Conoce el asilo, ve el testamento...¿Qué se le pide al protagonista en las críticas? ¿Que llore el jueves y viernes que su madre está muerta? ¿Que siga el duelo el sabado y el domingo? Y sin embargo, el lunes después de todo esto él debe volver a su trabajo.

A lo largo del libro, hasta llegar a la escena del asesinato, el transcurrir es resultado de la imposición de los designios de la vida misma. Si aparece una mujer y algo sucede, mejor. Si hay que ir a trabajar, irá. Si un vecino le pide colaboración, él le ayudará. Y así transcurren los días. Sin sobresaltos. Sin ser, en definitiva, un protagonista. La vida lo va llevando como si la misma fuera una escalera mecánica. Tal como Hubert (uno de los protagonistas del film "La Haine/ El Odio") describe: la vida transcurre como el paso de una escalera mecánica y hay hombres que llegan a destino sin moverse sobre la misma, estancados y avasallados por el andar de la misma.
En ese transcurrir es que se topará, lisa y llanamente, con el asesinato. Con la muerte. Mediante ese acto comprendió que "había destruido el equilibrio del día..." no de la vida! sino de un día. Lo que refuerza la idea de cotidianeidad, de extrañamiento y de bruma.

Comparto con el protagonista la afirmación de que "todos los seres normales habían, más o menos, deseado la muerte de los que amaban." Me parece que esta afirmación es la que pone en evidencia Camus y que estalla en quién lee el texto. Por eso es que se reacciona marcando que el protagonista está muy lejos de lo humano, es una forma que encuentra el lector para separarse del protagonista. Porque el lector niega esta posibilidad que, sin embargo, se hace presente en su diario transcurrir.

En la segunda parte del texto el protagonista recorre diversos estados y pensamientos demostrando sus sentidos. Quiere caer bien pero sin exagerar ni mentir ni cumplir con un deber. Al contrario pretende mostrarse desprendido de todo ropaje que pudiera hacerlo socialmente aceptable, pero para que se lo acepte. Es como si Camus pusiera en evidencia parte de lo que la sociedad burguesa ha considerado que debe ser del mundo privado. Camus pone a relucir que el hombre está solo, que en su soledad también se conmueve por cosas ajenas a lo que debería conmoverse socialmente y que hacer manifiesto esto acarrea la posibilidad de ser considerado un desalmado. Y por sus lectores un deshumanizado personaje. Ante esta instancia no podemos olvidar que los lectores vivimos en la sociedad que evidencia Camus en su texto. Y esto hace majestuoso el libro El Extranjero. Porque evidencia la enajenación del personaje y la conjuga con la negación de sus lectores.

El personaje estalla ante el cura que pretende lograr obtener una confesión pero la capacidad y sentimentalismo del personaje, quien por vez primera reacciona abiertamente, se evidencia en el choque con el representante de la iglesia. Institución que tanto le cuesta a la sociedad. Le ha costado en vidas como en dinero. Pero sobre todo por ser esta institución una constructora del sentido, del deber, de lo moralmente justo. La institución referente del alma humana. El desafío del protagonista se pone de manifiesto ante la institución que mejor representa el ejemplo de la enajenación:. Ante la iglesia, la creencia, el lugar donde el hombre deposita en otro Ser (Dios) sus capacidades, sus fuerzas, sus temores.

El hombre, el extranjero, el ajeno; el protagonista del texto de Camus pone en evidencia un mundo que construye sentido por su propio funcionamiento. Se es extraño en el propio mundo. Alterarlo cuesta y si además no se puede entender el porque, entonces la condena debe ser ejemplificadora para que repercuta fuertemente. Pero ese no entender se trata de una obtusa posición del oyente (en la novela no se escucha al acusado, no se lo quiere oir. Él siempre esta siendo dicho por otros). Sin embargo los datos, las palabras y las explicaciones están allí presentes. Camus nos los muestra en su plenitud pero se hace inentendible porque prima la razón del sentido moral. Del deber y del obedecer a ese deber.

Pero Camus, como si reconociera que esto podría llegar a suceder (no solo con los personajes que no entienden la acción del protagonista sino también con los lectores) decide dejar de manifiesto que para entender al personaje hay que entender al mundo. En ese momento, el personaje retoma la vida:
"Y también yo me sentí dispuesto a revivirlo todo.(...) Ante esta noche cargada de signos y de estrellas me abría por vez primera a la tierna indiferencia del mundo. Al encontrarlo tan semejante a mi, tan fraterno al cabo, sentí que había sido feliz y que lo era todavía."