lunes, 24 de agosto de 2009

Die Welle: La Ola (2008)

La película está basada en la experiencia realizada por Ron Jones, en un colegio de Palo Alto (Estados Unidos) en 1967. A su vez modifica -en un sentido superador por los recursos filmicos más ricos, entre otras cosas- al corto original dirigido por Alex Grasshoff (1981). Este film, Die Welle dirigido por Dennis Gansel (2008), deja abierta varias aristas para el debate.

En lo que atañe a la institución educativa se expresa la frágil mirada de las autoridades frente a la actividad docente. Mirada frágil que se evidencia cuando la directora de la escuela recibe buenos comentarios de un padre sobre los ejercicios del docente en cuestión. Producto de esto le dice al docente que tiene todo el apoyo institucional para continuar con lo que estaba haciendo. Por otro lado esa mirada es frágil porque no se interroga acerca de qué es lo que el docente hace para generar aceptación en los alumnos. Ni siquiera como curiosidad positiva de saber cuál es el recurso que ha captado la atención de los alumnos.

Dentro del plano de lo que denomino institucional encontramos un dialogo entre la pareja de docentes que evidencian la satisfacción que se genera al percibir el reconocimiento, la aceptación, la obediencia y la admiración de los alumnos mediante la imposición de una tarea. Valoraciones que evidencian aquello que, en definitiva, la media de los docentes desea recibir. De este modo se resquebraja esa idea de que uno es docente "por amor al arte de enseñar", poniéndose de manifiesto que se busca una satisfacción personal, no en relación a la tarea realizada sino a la pretensión de despertar admiración. Se quiebra aquí la idea de la práctica docente como generadora de un movimiento imperceptible entre los sujetos que integran un curso cuya pretensión es impulsar el conocimiento.

Es interesante, por otra parte, que el docente que implementará semejante experiencia a la que denominará más tarde como práctica fascista se presente, desde el comienzo de la película, como una persona con convicciones anarquistas. Hay aquí un engañoso juego de extremos políticos que se entrecruzan a través del docente quién es el que reune, en su persona, ambas instancias. Está implícita (quizás inconscientemente) la idea de la posición intermedia frente a los "dos demonios" ya que podría pensarse, siguiendo los lineamientos de la película, que en el docente anarquista convive en definitiva el docente fascista que se satisface con el reconocimiento que genera en los alumnos mediante la disciplina y el orden.

Pero fundamentalmente la película que (no olvidemos) se basa en hechos reales, nos deja el problema social de los movimientos de masas que excluyen, demarcan y persiguen a ese otro que no está incluido.

La película saca a luz la mecánica de como una abrumador mayoría respeta los designios de las formas de autoridad. Pero esto no es, en sí mismo, un inconveniente porque una autoridad puede estar cumpliendo ese rol social merecidamente. Lo que sucede aquí es que la autoridad no posee contenido sino que produce una idea de pertenencia a un espacio reducido (la clase), promoviendo así la idea de compañerismo y de grupo con características propias que lo preparan mejor que al resto.
Una de las bases para esta práctica se refleja en lo que dice uno de los alumnos en el film en que para incorporarse a un régimen autoritario, de obediencia y de acción debe existir insatisfacción. Esa insatisfacción lleva a buscar diversos canales para satisfacerla. En ese sentido la obediencia comunitaria le otorga sentido a la vida de muchos de los alumnos.

Una de las conclusiones que nos permite sacar el film es que la insatisfacción se presenta como motor de búsqueda. Por otro lado la idea de unidad aparece como instrumento de anulación de las diferencias. No como superación de las mismas, sino de ocultamiento. Las diferencias están pero no las vemos porque el uniforme, el saludo y el respeto (sometimiento) a la idea abstracta de lo que es el grupo disimulan lo que debajo se esconde, tanto las particularidades como así también las diferencias sociales que son las bases de lo real.

Es interesante como se van integrando a un posible proyecto político ya que aparecen diversos recursos estimulantes como ser la camaradería, el compañerismo, el respeto y el ser parte de un objetivo general en común. Sin embargo resuena constantemente la ausencia de proyecto, de propuesta. En síntesis de programa (objetivo) político. Debido a esto los alumnos se van incorporando por afinidad y porque no hay exigencias racionales. Las formas las van armando ellos mismos impulsivamente mediante la propia experiencia. Pero los alumnos son miembros de la sociedad moderna por lo tanto sus acciones reproducen esa sociedad. Para que las acciones no reproduzcan a la sociedad moderna las mismas deberán ser producto de un proceso de crítica conjunta (grupal) y profunda. Una crítica fundamentada en el análisis de las prácticas cotidianas y del conjunto de las experiencias sociales y políticas.
Al no suceder esto las acciones que el grupo "
La Ola" va adquiriendo son las que el contexto socio-histórico les imprime deformadamente.

Es decir que uno podría establecer que sin la crítica necesaria esa idea naciente de grupo igualitario terminará conduciendo a que las partes se subsuman frente al todo dañando la subjetividad del individuo y garantizando las actuales formas sociales (que construyen una relación social sustentada en la desigualdad). De este modo se mantiene la dinámica de la obtención del beneficio de unos frente al resto. Debido a este dinamismo social se tiende a negar las diferencias al interior del grupo y esa forma de acción retorna frente a lo externo mediante la expulsión. Es decir, expulsando a ese otro negativo.

Aquí surge la negación no como instancia de contradicción sino como instancia de supresión. Se buscará eliminar a ese otro que es resultado de las contradicciones sociales. A ese otro que evidencia esas contradicciones y que personifica ese lado oscuro de nuestra existencia como seres individuales y sociales. Se pretende borrar las contradicciones negando al otro mediante instancias de discriminación y violencia.

Diversos comentarios críticos sobre la película se han centrado en los aspectos "artísticos" (guión, pretendida manipulación de los sentidos del espectador, poco realismo en las escenas, etc.) de la misma. Entiendo esos comentarios pero los mismos cambian el eje de la discusión. El film, sin caer en un dogmatismo cinéfilo, permite concluir que los individuos que integramos esta sociedad no estamos exentos de ser parte de un gobierno autoritario. Por otro lado permite también concluir qué tipo de dictadura se gesta en la sociedad moderna. Una dictadura que garantiza la marginalidad, la persecución y la división social. Todo esto a pesar de que no aparezca entre las bases fundantes del grupo "La Ola".

Si tendemos a la obediencia y en consecuencia a seguir a una autoridad elegida y establecida, la película nos habilita la inquietud de preguntarnos si es posible superar esa instancia y cómo evitarla. Sin embargo, creo que se trata de discutir cuál debe ser el sentido, la orientación y a qué intereses sociales debería responder esa autoridad. En síntesis que objetivos se traza y cual es su contenido. Discutir esto lleva, de manera inevitable, a poner en discusión también las formas de las representaciones sociales, es decir a discutir las formas del poder.